Eso e lo que nos dijo, pero la verdad es otra.yo creo que nos jugó una broma cuando dijo que nos haría a imagen y semejanza
Nosotros le hicimos a nuestra imagen, y luego tomamos esa imagen, y la comenzamos a adorar.
Y cuando nos dimos cuenta...
Dios ha muerto. Dios sigue muerto. Y nosotros lo hemos matado. ¿Cómo podríamos reconfortarnos, los asesinos de todos los asesinos? El más santo y el más poderoso que el mundo ha poseído se ha desangrado bajo nuestros cuchillos: ¿quién limpiará esta sangre de nosotros? ¿Qué agua nos limpiará? ¿Qué rito expiatorio, qué juegos sagrados deberíamos inventar? ¿No es la grandeza de este hecho demasiado grande para nosotros? ¿Debemos aparecer dignos de ella?
Nietzsche, La gaya ciencia, sección 125