Nomás te quería decir que…tú sabes que no ando en plan de conquista pues te tengo a tí, pero ayer que empecé a prestar mis servicios ocasionales para un nuevo sitio, abrí sin golpear la puerta de la oficina equivocada. Cual no sería mi sorpresa que una chica joven, rubia de ojitos claros y bonita me clava la mirada igualmente sorprendida por mi repentina intromisión a su oficina. Le dije que estaba en el sitio equivocado y siendo yo nuevo, me orientó donde ir. Pero, mientras me dirigía ella la palabra, me quedé como hipnotizado viendo esos ojotes azules que me parpadeaban, y no pude disimular mucho que con mi vista la examinaba de pies a cabeza y secretamente me deleitaba con lo que veían mis ojos. Seguro que pensó que soy un descarado, o a lo mejor ya está ella acostumbrada a las miradas lujuriosas. En fin, el incidente pasó como algo inevitable, y ordinariamente ni lo estaría recordando en este instante, excepto que ahora que sé que la estaré viendo por cuestiones de trabajo semanalmente de ahora en adelante, pues estoy a la expectativa. Como suceden las cosas sin que uno las ande buscando. Supuestamente estoy enamorado de tí, ¿entonces porqué estoy ya imaginándome una amistad con esta chica que ni siquiera conozco? Debe ser la culpa del gene egoísta de Dawkings porque yo no soy así