Amanecía, las sombras cedían a la primera luz del día, empezó a acomodar mentalmente actividades, tiempo, lugar. De pronto se encontró descartando los eventos y volvió a hundirse en la cama, las alarmas sonaban como en un universo paralelo, tenía que levantarse, entonces empezó a imaginarse este nuevo día no era ordinario, no ayudo mucho, el frio estaba fuera de ese mullido refugio, no quería ni imaginar el baño matutino, la sola idea le parecía inaceptable. Finalmente se quito las frazadas y busco todas las fuerzas, al lado como siempre la felina la siguió hasta que se perdió de vista….
«The brain is the seat of madness and delirium.»
Camino por los corredores vacíos, debo cumplir como cada noche el rondín los pasos suenan a sentencia en las blancas baldosas, llego a la estancia donde esta esa silla esperándome, el piso cambia es como un tablero de fichas negras y blancas. Esperando esta el arma, una sola bala marcada a su lado, solo entonces me doy cuenta, es el instante previo, abrazas la luz, introduces el proyectil, le das una vuelta la apuntas a la sien, el clic seco luego recoges el valor que te queda, con la única certeza, mañana cumplirás con la rutina y regresaras de nuevo.
«The brain is the seat of madness and delirium.»