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Estocada
"Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. " (Flp 2:5-11)
Todos los seres creados le darán honor a Jesucristo: todos los ángeles y hombres, buenos y malos. No habrá incrédulos en aquel día. Este lenguaje fue usado en Isaías 45:22-23 con referencia a Dios: "Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más... a mí se doblará toda rodilla". Este texto que se refiere a Dios es citado por Pablo y se aplica a Jesús. Es otro texto, otro testimonio fuerte, para confirmar su Deidad.
Tarde o temprano todo ser, celestial, terrenal y aun de lo infernal reconocerá y confesará a Cristo como Señor, como Rey de reyes. Verdaderamente El es el Gobernador y el Juez del universo, y esto por el decreto de Dios Padre y para su gloria.
Varias características clave de Jesucristo se deducen de este pasaje:
(1) existió siempre con Dios;
(2) es igual a Dios porque es Dios (Juan 1:1; Col 1:15-19);
(3) aunque es Dios, se convirtió en hombre para cumplir el plan divino de salvación para la gente;
(4) no solo tenía apariencia de hombre, en realidad se convirtió en hombre para identificarse con nuestros pecados;
(5) voluntariamente se despojó de sus derechos divinos, privilegios y posición, más allá del amor de su Padre;
(6) murió en la cruz por nuestros pecados, para que no tuviéramos que enfrentar la muerte eterna;
(7) Dios lo glorificó por su obediencia;
(8) Dios lo levantó a su posición original a la diestra del Padre, desde donde reinará por siempre como nuestro Señor y Juez.
¿Qué podemos hacer menos que adorarle y consagrar nuestras vidas a su servicio?