Nietzsche afirmaba efectivamente que por medio de Eurípides hablaba Sócrates, ese nuevo demonio. "El daimon de Sócrates" El asunto acá es valorar el hecho de porqué la tragedia griega entró en decadencia cuando cayó en manos de Eurípides.

Nietzsche afirma que los más sabios de todos los tiempos siempre han negado la vida, han dicho que la vida no vale. Las palabras de los sabios siempre están llenas de un cansancio de vivir, de una oposición a la vida, de una duda y una melancolía muy profundas. Hasta Sócrates estaba cansado de vivir, dice Nietzsche, y lo evidencia en sus palabras antes de morir:

"La vida no es más que una larga enfermedad; le debo un gallo a Esculapio por haberme curado"


Según esto, Sócrates fue un signo de decadencia. Nietzsche cala más profundo aún al decir que Sócrates era un hombre feo y afirmar que la fealdad es un retroceso en la evolución.

Un extranjero experto en rostros que pasó por Atenas, le dijo a Sócrates directamente que era un monstruo en cuyo interior se escondían todos los vicios y todas las malas inclinaciones. Y Sócrates se limitó a contestar: "Qué bien me conoce este señor"

Esa mediocridad, ese pesimismo, se hizo evidente en Eurípides y se confundió lo que en la tragedia esquilea y sofoclea era "Honrar la vida" con lo que en Eurípides era "odiar la vida"

Nietzsche en "El Ocaso de los Idolos" habla de esto y no precisamente haciendo referencia a la tragedia griega:

"Los hombres más espirituales, suponiendo que sean los más valientes, son también los que viven las más dolorosas tragedias, pero honran la vida precisamente porque ésta se enfrenta a ellos con la mayor de las hostilidades"

Ayax, Ulises, Prometeo se alzan ante la vida con un estremecimiento que llega hasta los propios dioses, los compele a aliarse con ellos.

Eurípides por medio de Sócrates fue dejando este aspecto de lado e impregnando a los personajes con la decadencia propia de Sócrates y fue ahí que la tragedia murió dando paso a otros géneros que no vale la pena mencionar aquí.