Ayer leí tu post y en realidad no supe darle forma a lo que quería decir, porque pensaba en que tienes mucha razón en lo que dices sobre cultivar una buena relación con la familia de la pareja pero que también hay situaciones en las que es sumamente imposible porque simplemente ellos mismos no se dan a querer.
Es muy cierto que la familia de la pareja es de vital importancia y que tienen cierta influencia sobre la pareja, pero, como dices, es necesario poner límites. Sin esos límites dicha influencia podría llegar a destruir la relación.
En lo personal, tengo un par de semanas de haber empezado una relación, pero tengo más de tres años de conocer a la familia de mi nena y puedo expresar a cabalidad que tenemos una relación limpia basada en la amistad y principalmente en el respeto y estoy muy a gusto con eso.
En síntesis, comparto lo que dices, haciendo la salvedad de que en ocasiones la misma familia hace imposible que se pueda lograr una convivencia en paz.
Este fue mi pequeño aporte, no muy interesante, pero aporte al fin.
Saludos.
Mi pena es sencilla y nada misteriosa y, como tu alegría, por cualquier cosa estalla.