Bueno, tratándose hoy de un sábado frío como esta mi alma esta mañana, quiero compartir algo sobre nuestra condicion, sobre nuestra equidistancia, nuestra apertura mental, nuestra inequidad.
El hmbre siempre ha tenido dificulad para ejercer sa cualidad que la naturaleza -o Dios, segun se prefiera- le permitió desarrollar: la ecuanimidad. Y antes de que nadie salte a cuestionar la mía, vos a incluirme: "los hombrs iempre hemos tenido...etc."
Bien que unos actuamos de profetas y otros lo hacemos de profetizados, con lo que podemos culpar a los primeros de falseadores y a los segundos de imbéciles. Pero lo cierto es que unos y otros, los primeros porque somos capaces de sacrificar en el altar del "intreres público" (curiosamente casi siempre coincidente con algunos privados) la cruda realidad, los segundos por ignorancia, comodidad o conveniencia, nos adentramos en certezas que definen que total perfección lo justo y lo injusto, lo bueno y lo malo, lo peligroso y lo inocuo, etc.
Lo conreto es que todo viene ya prefabricado, premasticado y predefinido, por lo que nos comemos con asombrosa facilidad nuestra propia propaganda en dosis muchas veces intragables pero con la más beatífica tranquilidad: y sobre ella, juzgamos, condenamos, absolvemos y pontificamos.
Así, si por ejemplo otros mienten, lo hacen para engañarnos con sus infamias, en tant que si mentimos nossotros estamos por lo general ocultando virtudes, lo hacemos siempre po buenas causas, tanto, que justifican la mentira.
Así, por ejemplo, somos plurales, poero es nuestra pluralidad la que vale y tiene sus límites: los plurales del otro lado del cerco, no lo son
Somos amplios y nos permitimos discutir nuestras verdades, en tanto y cuanto no tengan las conclusiones efectos prácticos... a menos que hayamos ganado la discusión
Somos democrátios porue amamos gobernar o que nos gobiernen con consentimiento... en tanto se consensue lo que coincide con nosotros. Otros consensos, no son democáticos.
Afirmamos ser capaces de ponernos en el lugar del otro, de situarnos para mirar desde su puento de vista... pero solo vemos lo que nuestro propio catalejo nos permite hcer coincidir con nuestros intereses.
Nuestra actitud ideologica es abarcativa, incluso de quienes la cuestionan. Aceptamos y aún incorporams aspectos no propios... en tanto sacrificamos el rsto al piadoso dios de la indiferencia... o permitimos que se ahogue... o dirctamente lo ahogamos.
Así, si algun cuestionador decente salta el límite, pasar ipso facto a ser indeseable. En tanto, potentes hijos de puta se convierten en preclaros defensores de honestas causas.
Canonizamos a confesos repelentes y condenamos a honestos buscadores de algún mas allá no tan lejano. Abrimos las puertas de nuestros cercados a charlatanes y ladrones de buen porte y poderosa cartera, en tanto dejamos fuera al dsastrado profesante de bondades diferentes por el hecho minúsculo de portar buenas nuevas: trátase de personas que ponen en peligro el cotarro prearmado, prefabricado, premasticado.
NO hacemos lo que decimos. NO pensamos con independencia. NO nos abrimos.
Y... y todo este desórden que a golpe de teclado acabo ya de escribir, viene a cuento de lo que un forero/a escribió hace un par de días en otro hilo que preguntaba "¿que me falta para ser feliz?", a lo que él/ella respndía "ser yo mismo".
Cosa que no es tan difícil de explicar. Ahora... no hablemos de practicar.
Y chau