Con relación a tu comentario Pablo coincido con vos en que ninguna historia es -no podría serlo- una narración completacompleta, objetiva, desinteresada. Cada historia se escribe con la intención de guiar a una comunidad según una determinada direccionalidad, ya sea para fundamentar un proyecto preconcebido o bien para justificar un proyecto en marcha; incluso para afirmar o negar una determinada identidad en la comunidad. la historia es siempre una narración intencionada por lo que para entender porqué se resalta un personaje más que otro, porqué se denigra la figura de unos y se ensalza la de otros, porqué algunos hechos quedan ene el olvido mientras otros son conmemorados con fechas y monumentos... es decir para entender el criterio con el que se ha administrado la memoria es imprescindible preguntarse ¿Quién escribió esa historia? ¿pará qué, para quién? ¿qué proyecto de país legitima? ¿a quién beneficia o perjudica esa versión de los hechos?
Es importante que miremos la historia críticamente: que no compremos exclusivamente una versión: la Historia oficial. De esta manera creo que podemos tener una auténtica herencia cultural
"En el pulso de hoy late el corazón de ayer, que es el de siempre" (R. Scalabrini Ortiz)