Cita Iniciado por Jandulilay Ver Mensaje
Muchos nos hemos convencido que el universo, las leyes de la naturaleza y la vida misma no pueden haber surgido por pura casualidad. ¿Se trata de una conclusión lógica?
Es que la ciencia realiza una magnífica función explicando fenómenos físicos como la lluvia. Pero matiza: Cuando se trata de planteamientos como ¿Por qué existen las leyes naturales?, la cosa cambia. Los descubrimientos científicos específicos no inciden demasiado en estos tipos de cuestiones: muchos de los grandes interrogantes continúan inmutables desde el principio de la civilización y todavía nos preocupan.

Lo importante para mí no es que haya regularidades en la naturaleza, sino que estas regularidades sean matemáticamente precisas, universales e interdependientes.
Albert Einstein las llamó la razón encarnada. Lo que debemos preguntarnos es cómo fue posible que la naturaleza tuviera estas características. Hombres de ciencia, desde Isaac Newton hasta Einstein pasando por Heisenberg, se han planteado y respondido esta cuestión. Su respuesta es la Mente de Dios.
Lo de la razón encarnada no es de Einstein.

Siempre hablas de ciencia, y ante lo que se conoce en ciencias no existe discusión posible, puesto que son tantas las pruebas que se necesitan para verificar tal o cual descubrimiento que tan solo se admiten ampliaciones a dicho descubrimiento, pero todo está probado y aceptado por la Comunidad Internacional.

Los científicos a los que sueles hacer referencia vivieron en unas épocas en las que estaba prohibido por los creyentes en dioses, poner en duda la existencia misma de un dios, de el dios de ellos.

La ciencia y la religión son irreconciliables aunque por diplomacia se continúe con esa gaita por el obligado respeto a los creyentes, lo material nos guste o no, está reñido con lo espiritual, y es así de simple.

Y para no olvidarme del título de hilo y como he dicho en un post anterior, por esas obligaciones impuestas durante milenios por los puñeteros creyentes a los no creyentes en dioses, no los trago, no los excuso y no tienen perdón por el daño que han hecho.