EL INFIERNO AVIVADO POR LOS ANTIGUOS

[B][SIZE=3]¿De dónde sacaron sus ideas Agustín y Dante sobre el eterno sufrimiento guardado para los pecadores? ¿A caso es bíblico? Es cierto que para la época de Cristo, el judaísmo ya había incorporado conceptos relacionados dentro de su sistema de creencias, no obstante en épocas anteriores no se enseñaba que un infierno eternamente ardiendo sería el destino de los no salvos. Tampoco lo enseñaba la Iglesia del Nuevo Testamento. La doctrina tiene sus raíces por otro lado.

El guía de Dante por el infierno fue Virgilio, poeta romano del siglo primero a.C. En su poema épico la Eneida, el héroe, Eneas, también es llevado por un viaje al infierno. Más tarde la representación grafica del lúgubre y macabro lugar de Virgilio influenció profundamente a artistas y escritores.

No obstante, el concepto del infierno como un lugar de tormento también precede a Virgilio. Una serie de antiguas civilizaciones, incluyendo las de Mesopotamia, India, Egipto y Grecia, poseían el concepto de un inframundo como parte de su mitología—el reino de los muertos. Estrabón, geógrafo griego del siglo primero a.C., hablaba sobre el valor de dichos mitos, notando que «los estados y los legisladores los habían sancionado como un recurso útil». Luego pasó a explicar que la gente «son disuadidos de maldiciones cuando, ya sea por medio de descripciones o a través de representaciones típicas de objetos no vistos, aprenden sobre castigos divinos, espantos, y amenazas». Al tratar con lo irrefrenable, la razón o exhortación por sí sola no es suficiente, escribió Estrabón; «existe también la necesidad del temor religioso, y este no puede ser despertado sin mitos y maravillas. … Los fundadores de los estados dieron sus sanciones a estas cosas como espantajos con que ausutar a los ingenuos» (Geografía 1.2.8).