Y vamos con la resurrección:

Según Mateo, María Magdalena (y también "la otra María") fueron al sepulcro al amanecer del primer día de la semana. Mientras lo hacían, la piedra que bloqueaba la tumba fue removida (en su presencia) por un ángel, mediando un terremoto.

Mateo 28: 1-2
1.- Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro.
2.- Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella.

Además de las dos Marías estaban presentes algunos guardas los cuales “de miedo de él (del ángel) temblaron y se quedaron como muertos”, Juan no dice nada del terremoto y mucho menos de los aterrados guardas, tampoco lo hacen Marcos o Lucas, esta “información” solamente la suministra Mateo.

Mateo 28: 3-4
3.- Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve.
4.- Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos.

Después de que el ángel les habla (versículos 5-8), ellas “con gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos”.

Mateo 28: 5-8
5.- Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado.
6.- No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.
7.- E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho.
8.- Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos,
Y… En el camino se encuentran con el mismísimo Jesús.

Mateo 28: 9
9.- he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron.
Juan también describe la visita de María Magdalena (no dice nada sobre "la otra María") por la mañana, “siendo aún oscuro”, al sepulcro de Jesús El Cristo, encontrándose con que la piedra había sido quitada, a continuación María Magdalena corre y acude a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús (¿Juan?) y les comunica: “Se han llevado del sepulcro al Señor”.

Juan 20: 1-2
1.- El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro.
2.- Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.

Si, según Mateo, María Magdalena y la otra María se encontraron con un ángel en la tumba, que les hizo saber, refiriéndose al cuerpo de Jesús El Cristo: “No está aquí, pues ha resucitado, como dijo” ¿Cómo se explica que Juan 20:2 nos hace saber que María Magdalena (sin mencionar a la “otra María”) le dice a Simón Pedro y al otro discípulo: “Se han llevado del sepulcro al Señor”? ¿ ?Acaso no dice, claramente, Mateo, (28: 5-9) que el ángel dijo, refiriéndose al cuerpo de Jesús El Cristo: “No está aquí, pues ha resucitado, como dijo”. De igual manera llama poderosamente la atención el que mientras Mateo (28:2) indica que un ángel del Señor, terremoto de por medio, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella todo esto en presencia de María Magdalena, de la “otra María” y de unos guardas, Juan, a su vez (20:1) declara que María Magdalena (¿Y la otra María qué pasó con ella?) al llegar “vio quitada la piedra del sepulcro”.

Pero sigamos leyendo… sigamos escudriñando.

Juan 20:3-10
3.- Y salieron Pedro y el otro discípulo, y fueron al sepulcro.
4.- Corrían los dos juntos; pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro.
5.- Y bajándose a mirar, vio los lienzos puestos allí, pero no entró.
6.- Luego llegó Simón Pedro tras él, y entró en el sepulcro, y vio los lienzos puestos allí,
7.- y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte.
8.- Entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al sepulcro; y vio, y creyó.
9.- Porque aún no habían entendido la Escritura, que era necesario que él resucitase de los muertos.
10.- Y volvieron los discípulos a los suyos.

Mateo no dice nada de la visita, al sepulcro, por parte de Pedro y el “otro discípulo”.
Pero sigamos leyendo… sigamos escudriñando.

Según Juan, María, llorando, se inclina para mirar dentro del sepulcro y ve a dos ángeles, a quienes les informa “se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto”

Juan 20: 11-13
11.- Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro;
12.- y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto.
13.- Y le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto.

¿Cómo que “no sabe dónde le han puesto”, cómo que “se han llevado a su Señor?... ¿Acaso María sufre en ese momento un episodio de Alzheimer? ¿Acaso no dice, claramente, Mateo, (28: 5-9) que el ángel dijo, refiriéndose al cuerpo de Jesús El Cristo: “No está aquí, pues ha resucitado, como dijo”, ¿O es que quien está equivocado es Mateo y no Juan?
Por otra parte Mateo habla de un ángel, Juan menciona dos ángeles… ¿Cuántos, en definitiva, son… uno… dos?

Pero sigamos leyendo… sigamos escudriñando.

En Mateo 28:9 nos enteramos de que las Marías al encontrarse con Jesús “acercándose, (a él) abrazaron sus pies, y le adoraron”. Sin embargo Juan en el capítulo 20, versículo 17 nos hace saber:
Juan 20: 14-17
14.- Cuando había dicho esto, se volvió, y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía que era Jesús.
15.- Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré.
16.- Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro).
17.- Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.

Jesús, según Juan (20:17) ordena a María: “No me toques, porque aún no he subido a mi Padre”, lo que discrepa de lo indicado por Mateo (28:9) “acercándose, (a él) abrazaron sus pies, y le adoraron”… ¿…?