Así es, y alguien le tenía que haber recordado a Trump que los norteamericanos no tienen raza que no sean los indígenas a los que achicharraron sus únicos representantes, que los blanquitos norteamericanos provienen de los que tenían que huir de la Europa anglosajona por delincuentes, presos y trabajadores de mendigos que se recogían en la calle para las compañías inglesas, tal y como los australianos.
Tanto que se habla de los españoles, y resultó que fue peor lo que llegó de Inglaterra, Holanda, Alemania, Polonia ...