Las promesas de nuestro Creador son para quienes deseen disfrutarlas. Muchas personas deseamos un mundo mejor que este donde vivimos. Para vivir en un mundo mejor, necesitamos aprender cómo se vivirá en él. Otros, obviamente, disfrutan toda la maldad del mundo tal como se está viviendo ahora ... por extraño que parezca. Algunos aunque insatisfechos con el sistema actual de vida, viven conformes dentro de él. Cuando tenemos familia a quienes les deseamos mejores condiciones de vida, pensamos seriamente en su futuro. Otros no tienen a nadie, y no les importa mucho el futuro.
De cualquier manera, todo el mundo tiene derecho a escoger y a qué dedicar su vida o si pensar en las promesas de Dios. Siempre las promesas están ahí, en la Biblia, y son maravillosas.
Un gobierno único en todo el planeta:
Is. 11:4 Juzgará a los desfavorecidos con justicia, y reprenderá con rectitud por el bien de los mansos de la tierra. Golpeará la tierra con la vara de su boca y ejecutará a los malvados con el soplo de sus labios.
Mucha gente se anda quejando todo el tiempo ... pero no quiere hacer nada por su vida. Como dicen por ahí: No se preocupen tanto, mejor ocúpense del asunto. No teniendo suficiente con sus quejas, también estorban que otros decidan confiar en las promesas de Dios. Esos son parte de la miseria actual del mundo.
2Tim.3:13 (...) los hombres inicuos e impostores avanzarán de mal en peor, extraviando y siendo extraviados.
Dan.11:33 Y tocante a los que tienen perspicacia entre el pueblo, impartirán entendimiento a los muchos. (...)
... 12:10 Muchos se limpiarán y se emblanquecerán y serán refinados. Y los inicuos ciertamente actuarán inicuamente, y absolutamente ningún inicuo entenderá; pero los que tengan perspicacia entenderán.