El hombre mass media cree que su evidencia anecdótica es prueba suficiente para que su juicio sea certero y válido. Escuche una vez al tal Parzival reseñar su vida de penurias y pobreza en la niñez, para luego reponer que como él había vivido pobreza y yo no, que él tenía barrio y yo no, luego entonces él tenía la capacidad de refutar el pensamiento comunista de Karl Marx. Yo era rico, me decía que porque yo habia podido leer a Kant, y que un pobre no leía a Kant.
Lo curioso es que me habló del ambiente estudiantíl y por lo que decía por lo menos debió haber estudiado la preparatoria. Su irritación contra la filosofía me indica que o bien no estudió la preparatoria y menos una carrera humanística, que por lo que dice debió haber estudiado algo del área de administrativas, si no es que viene de las vocacionales del Instituto Politécnico Nacional.
Si hubiese leído filosofía no diría tantas barbaridades. En primer lugar no tendría un pésimo sistema de argumentación que carece de lógica formal y ya ni siquiiera de fiolosfía. En Bachillerato el libro clásico de filosofía fue desde hace muchos años el de Historia de la Filosofía de Ramón Xirau. No entendió la importancia de la crítica del cógito cartesiano y la diferencia entre el mundo aparencial y las mediaciones del conocimiento. Tal vez hubiese entendido que el mundo inmediato no está dado automáticamente a los sentidos y que la razón debe desentrañarlo. Le sonará muy rimbombante, pero quién no entiende que los preceptos filosóficos nos ayudan a entender el mundo se queda en el mundo inmediato, en la apariencia en el mundo fenoménico. La evidencia anecdóticp lo único que ofrece es un testimonio de su percepción y nada más. Además de que la forma como quiere invalidar a Marx es mediante una falacia llamada analogía falsa.

La
analogía falsa ocurre cuando las dos cosas comparadas no son lo suficientemente similares como para justificar la comparación En este caso la vivencia que él tenga de su vida es una cosa y el análisis de Marx en Das Kapital es otro tema muy diferente. El hombre común, profesionista o no, tiende a confundir ambas cosas. Un científico, no.