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Ciclón
31 Y los demonios le rogaron diciendo: Si nos echas fuera, permítenos ir a aquel hato de cerdos.
32 El les dijo: Id. Y ellos salieron, y se fueron a aquel hato de cerdos;
Y Jesús les obedeció a los Demonios.
Cuando Jesucristo echó fuera demonios de un hombre en el primer siglo,
éstos pidieron que no les ordenara irse al abismo,
de modo que Jesús les permitió que entraran en un hato de unos 2.000 cerdos,
los cuales luego se arrojaron por un precipicio al mar y se ahogaron. (Luc. 8:27-33; Mar. 5:1-17)
Si hace 1.900 años los demonios, sabiendo que algún día serían echados al abismo,
manifestaron disposición tan violenta, seguramente ahora cuando se ha acercado tanto
el tiempo en que serán abismados, han de ser más malignos y han de estar más desesperados que nunca
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)