¿Es lícito pagar la capitación a César, o no? (Mat. 22:17).

La trampa de los partidarios de Herodes era la siguiente: si Jesús criticaba el impuesto, podría ser acusado de rebelión contra el Imperio, pero, si decía que había que pagarlo, sus seguidores tal vez lo abandonarían. A fin de mantenerse neutral, Jesús tuvo mucho cuidado con su respuesta. Claro, sabía que muchos recaudadores eran corruptos. Pero no quería que estas cosas lo distrajeran de la cuestión más importante: que la verdadera solución para los problemas de la humanidad es el Reino de Dios. Así puso un modelo que todos debemos seguir. Aunque una causa parezca muy noble, nunca debemos meternos en temas políticos. En lugar de formarnos opiniones muy categóricas sobre las injusticias o hablar en contra de ellas, los cristianos buscamos el Reino y la justicia de Dios (Mat. 6:33). Muchos testigos de Jehová han logrado dejar atrás las ideas políticas que tenían arraigadas.