Como escribió Albert Einstein en Notas autobiográficas y refiriéndose a la gran dosis de religión con que se enseña en muchas escuelas:

En realidad es casi un milagro que los modernos métodos de enseñanza no hayan estrangulado ya la sagrada curiosidad de la investigación, pues, aparte de estímulo, esta delicada planta necesita sobre todo de libertad; sin esta se marchita indefectiblemente.

Es grave error creer que la ilusión de mirar y buscar puede fomentarse a golpe de coacción y sentido del deber.

Pienso que incluso a un animal de presa sano se le podría privar de su voracidad si, a punta de látigo, se le obligara continuamente a comer cuando no tiene hambre, y sobre todo si se eligen de manera conveniente los alimentos así ofrecidos.

Está claro que esto, más que educar se le llama adoctrinar como parte de la "preparación" de futuros ciudadanos.