(Hay quien todavía cree en la comunicación con los muertos)

Metidos en creencias derivadas de nuestra profusa imaginación y acompañadas de alguna que otra mala interpretación de unos efectos, debido al gran desconocimiento que todavía se tiene del funcionamiento de la mente, en este plano cualquier cosa puede ser tomada como verídica y real... sin serlo.

Que una vez aceptadas unas creencias como realidades se convierten en una rigidez mental que pocos son capaces de superar y modificar... pues si. Nuestra propia mecánica mental nos impide cambiar de bando una vez hemos escogido la trinchera en la cual defendemos nuestras convicciones, independientemente de que estas esten basadas en la verdad o sólo en la ilusión.

Una vez muere el cerebro (soporte de la mente) desaparece ésta, y con ella nuestro YO. Únicamente queda en algunos de los que se quedan la ilusión de vivir "eternamente", producto de nuestros miedos ancestrales y profundos como ya ocurría en tiempos de los faraones...