Iniciado por
Lusowisky
A quien le guste soñar, que lo haga mientras dura nuestra efímera existencia, porque después nada hay (no ya para nosotros, sino para lo que habiamos sido durante una breve pulsación del Cosmos).
Solo que nuestro amigo Leobetetto no es soñador: es fetichista.
Jamás comprenderás la inmensidad de La Nada.