Reiki II

El encargado de unas obras llevaba días de baja por un dolor de espalda recurrente, pués ya había estado en varios hospitales y no le encontraban la causa. Le pedí que se echara sobre la camilla de cara abajo, me preparé mentalmente y empecé la sesión. Primero fueron unos pases de arriba abajo para localizar el problema. Luego empecé la sesión de "energías" propiamente dichas y enseguida noté que se trataba de un sujeto muy sensible, pués las partes de la espalda por donde pasaba la mano extendida, debido al calor que desprendía, daba la sensación como si tuvieran vida propia. Todo eso sin que el sujeto pudiera ver por donde yo pasaba la mano, el calor que ésta desprendía le decía a cada momento donde se encontraba (Hay que tener en cuenta que la distancia de la mano del cuerpo, solía ser de unos 15cms.).

Cuando me pareció que el cuerpo ya estaba suficientemente sensibilizado, situé la mano justo encima de la parte que causaba el problema, durante casi un minuto..., tiempo suficiente para que se le moviera de forma independiente de la voluntad, esta parte situada entre la parte baja del omóplato izquierdo y la columna vertebral. Los músculos se encogieron, se dilataron..., se oyó una especie de catacrec..., y ya no se volvió a acordar más de aquel dolor en la espalda.