Los hijos son seres humanos que sienten, presiente, coexisten y se ven afectados por las separaciones. No hay recetas mágicas, hay experiencias buenas, malas y malísimas. Por ello apuntaré las precauciones que se deben tener durante y después de la separación:
* Nunca hay que forzarlos a tomar partido, les afecta mucho entrar en contiendas de pareja. Ellos no son responsables de las separaciones, no pueden hacer nada para unificarlas, no depende de ellos, deben aprender a coexistir con el hecho.
* Recuerda que vivieron todo el proceso de erosión, las discusiones, los gritos, los jaleos, los enojos. Cada uno por su parte debe trabajar para reparar si es posible los agravios, los malos momentos.
* Habla bien de tu pareja, haz entender que el problema fue que no se entendieron, no que el otro es el culpable de la separación. Que el acuerdo es que ambos son los padres y en cualquiera habrá apoyo y sobre todo un frente unificado, no dividido frente a los problemas.
* Recuerda que el síndrome del hijo de divorciado es el abandono, la exclusión y por lo tanto el no tienes papá o mamá. Siempre esta presente en los momentos importantes de la vida de él. Sus festivales escolares, la recepción de premios, las ceremonias, trata de que él te avise.
* Tu casa es su casa, hazlo sentir de esa manera. Yo les di llaves y no viví lejos, Ellos podían entrar a casa sin necesidad de avisar, prepararse alimentos, hacer la tarea, ver la televisión. Invitar amigos, sin más reglas que el buen comportamiento y el cuidado de lo que es suyo también.
*Reúnete con tu pareja fuera del hogar, en un desayuno de la quincena, donde se expongan los problemas, los avances, los buenos momentos. El teléfono siempre debe estar abierto para cualquier emergencia o problema a resolver. La relación debe ser amable y desde luego evitar tratar de regresar a la relación, no ceder a tentaciones.
- Ninguna información más que la indispensable. No tiene porqué haber intromisión si uno sale con otras parejas, si tiene trabajo, si se encuentra de mal humor o triste.
*La relación se cultiva por diadas, es decir de dos en dos. Cada hijo tiene su lugar y su espacio y tienen necesidades diferentes. Proporciona como el cajoncito de sastre, el hilo, las tijeras, el listón que es necesario.
*Dejar claro que independientemente de la separación, la ayuda no dejará de fluir hacia los hijos, en la medida de las posibilidades. Hazlos sentir que lo que hacen es importante y sobre todo que los sabes escuchar. Que meterás la mano por ellos pero que confianza es también confianza en la autoridad.
Por los resultados se puede evaluar. Hoy mis hijos son universitarios graduados, no tienen que serlo eeeh, pero si tener la confianza y el aplomo, la formación de quiénes quieren ser en su vida, pero sobre todo que la práctica de valores cimenta su felicidad. Respetar las convicciones de vida y de creencias si estas surgen diferentes en e hogar. Encontrarse a si mismos.
No les diré que no hubo problemas, muchísimos, uno no fue educado para ser padre y comete muchos errores, no siempre uno está al 100% sino que puede llegar uno a tener malas soluciones en malos momentos. Lo importante es reparar las relaciones, mostrar voluntad y disposición.
Yo huyo a los mea culpa, a la declaratoria oficial de "me equivoqué" solo para momentos muy graves. En general prefiero rectificar y que se vea la rectificación en lugar de un acto de contrición. No me ha ido mal, ellos me quieren, están cuando quieren conmigo, buscan mi ayuda, me apoyan cuando ven que yo lo necesito. Y con su Mamá hay un "hola que tal..." "¿Cómo te ha ido..."?