Las sectas, o religiones minoritarias, ofrecen a quien vaya perdido por la vida la posibilidad de una evasión que le costará muy cara.
La suerte es que una vez adoctrinado convenientemente, no se entererá y vivirá en un mundo ficticio que se encuentra a años luz de la realidad diaria de los otros mortales, y jamás habrá aprendido a conducir su propio vehículo porque estará teledirigido, cosa que en el colmo de la estupidez humana, todavía agradecerá.
"El amor hace que todos espejos seamos, por eso más recibimos cuanto más damos".- Rahwananda.