Remontando a 2014, dejamos a Roxana cuando ella partía a la ribera maya y yo me iba después de la separación de la chica de treinta y tantos. El relato de Roxana comienza así:
Lo que sucedió en Progreso
Un 31 de diciembre del 2013 había volado desde la ciudad de México hacia la ciudad de Progreso Yucatán, recuerdo que el vuelo no tardó mucho y que muchas de mis pertenencias no pudieron acompañarme, por lo que me conforme con la idea de que si iba allá a vivir, seguramente me cambiaria la vida, porque ya no quería seguir viviendo en la casa de mis padres para desarrollarme puesto que ya había terminado la carrera y buscaba ser feliz; más sin embargo, quien pensaría que me regresaría frustrada y que todo aquello que yo hubiera querido realizar no lo pude ejecutar por culpa de una rotunda crisis nerviosa. Al dejar la Ciudad unos pensaban todo lo contario que no me iría bien estando allá o que de plano no la haría.
Ese día llegando a Progreso no tuve una bienvenida pues tuve que abordar del aeropuerto de Mérida un autobús que se dirigiera a la población; así que lo abordé y conocí a una chica que parecía de Veracruz; le pregunte su nombre y de donde provenía, la verdad es que ya han pasado varios años que este es mi segundo borrador de esta historia personal que yo había escrito desapareció por lo tanto no recuerdo bien su nombre y de donde provenía, así que le llamaremos Zoé originaria de Guerrero proveniente, de seguro, de alguna costa. Platicamos muchas cosas en tan poco tiempo, le pedí su número de celular y me lo proporcionó. Al llegar a la terminal estaban despachando las maletas y ella tomó las suyas y yo las mías y las personas que bajamos en la terminal de Progreso ya se habían marchado del lugar y me percaté que una maleta estaba solitaria entonces le dije a una persona del staff de la terminal que habían dejado esa maleta.
Partimos de la terminal y me despedí de Zoé, y entonces caminé unos cuantos metros y tomé un taxi para llegar al municipio de Progreso, llegué al sitio por medio de la dirección y mi hermana no se encontraba en su domicilio. Le llamé a Federica y le avisé que ya me encontraba en su casa. Yo como pude me estuve esperando desde la sala de su vecina de al lado. Olvidé que mi hermana no se encontraba en Playa, sino que estaba en la Ciudad de México. Así que mi hermana me dijo que vendría por mi Joselito, su esposo, por lo que tuve que esperar como unos 45 minutos aproximadamente. Le dio gustó verme a mi cuñado y a mí también, él venia con su hija Ana Georgina quién en ese momento tenía 4 años; era muy delgadita, muy pequeña y morenita como su mamá.
Nos dirigimos a su casa y acomode con mis maletas en su sala, poco tiempo después como a las 7:00 p.m. fuimos a un supermercado en su auto para comprar un pan Bimbo, jamón, queso, chiles jalapeños en lata, refrescos, y cervezas en lata, es de recordarse… que Joselito es muy conocido por la región como el “FUTBOLISTA” si el futbolista de Toros Neza de aquellos años en que había sido un personaje importante para el balompié. No se mucho de él, pero me agrado como persona. Ya regresando al domicilio de mi cuñado me preguntó si venia de vacaciones o a vivir y yo le respondí que era para vivir; así que le dio mucho gusto y pues me hizo sentir que era bien acogida y bienvenida a Progreso. Comimos unos sándwiches, bebimos refresco y celebramos a su manera el año nuevo 2014. Venidas las 09:45 p.m. de la noche llegó mi hermano Robin en su motocicleta y me ayudó a acomodar las maletas en su moto y nos dirigimos hacia su casa que se encuentra a unas cuantas cuadras de la casa de Joselito.
Llegando a su casa mi hermano estacionó la motocicleta, me ayudó con las maletas y acto seguido él se fue a dormir en su recamara. Por un momento, creí que, si saliéramos a la Sesenta avenida, tan bien conocida en Progreso, podríamos festejar mi llegada y mi nueva vida: pero no fue así, me tuve que dormir en la otra recamara no quedaba de otra, mi hermano estaba muy cansado y de ninguna manera saldríamos a celebrar esa noche.
Así que al día siguiente acomode mis maletas y saque objetos personales para ambientarme, allá por eso de las 12:00 p.m. salía de la casa de mi hermano para ir a la casa de mi cuñado Joselito y ahí comí, cuidaba de Matilde, la hija pequeña de ellos, mi sobrina; veíamos las caricaturas u otras veces salíamos con Joselito en su coche de color café claro para ir al super o rodar por las calles.
El futbolista conocía a un señor llamado Pedro que le ayudaba a hacer trabajos de albañilería y también lo tenía como compañero para salir en su auto como copiloto, mientras yo cuidaba a mi sobrina Matilde, y los días pasaron hasta que el 20 de enero del 2014 recibí el mensaje de texto de una amiga paraguaya que había conocido en la Ciudad de México en un hostal hacía tres meses. A ella le conocí en una ocasión en que me había marchado de la casa de mis padres porque ya no quería estar en mi casa; así que me fui al hostal de un amigo llamado Cesar. Era la segunda la segunda ocasión en que abandonaba la casa de mis padres, para sentir por cómo se sentía estar separada del hogar.
Y es que de alguna manera la primera vez me fui por la misma razón, pero había sido por sólo tres días. Recuerdo esa vez que había estado contenta, tranquila y que en el segundo día me llamó por medio de Facebook Hermenegildo Pérez quien fue mi novio cuando teníamos 18 años. Romeo era el hijo mayor de la familia Pérez, contaba con tres hermanos, que son Rosa, Bertha, Idelfonso, su madre se llama María, su padre se llama Santiago; su papá es hermano de mi tía Lupe que a su vez es esposa del medio hermano de mi mamá que se llama Ramiro.