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Esto es una aclaración de lo que apareció en La Atalaya del 15 de abril de 1975, página 255, y 15 de julio de 1978, páginas 30 a 32, y un ajuste en el entendimiento de ello. No se debe criticar a los que obraron de acuerdo con el conocimiento que tenían entonces. Esto tampoco afectaría la posición de alguien que en el pasado haya creído que la conducta sexual pervertida de su cónyuge en el matrimonio constituía porneia y, por lo tanto, obtuvo un divorcio y ahora está casado o casada con otra persona.

Verdadera Paz (1986) p.150
"20 Lo que la Biblia dice acerca de "inmundicia, apetito sexual, deseo perjudicial" aplica a todos los cristianos, solteros y casados. Es verdad que marido y mujer tienen un derecho bíblico y legal de participar en relaciones sexuales cada uno con el otro. Pero ¿significa esto que pueden desprenderse de toda restricción? El hecho de que la Palabra de Dios insta a todos los cristianos a cultivar autodominio arguye en contra de tal punto de vista. (2 Pedro 1:5-8.) El escritor bíblico inspirado no tenía que explicar cómo los órganos reproductivos del esposo y la esposa se complementan naturalmente. Las relaciones homosexuales obviamente no pueden efectuarse de este modo natural. Por eso, los homosexuales masculinos y femeninos emplean otras formas de ayuntamiento conforme a lo que el apóstol llama satisfacer "apetitos sexuales vergonzosos" y prácticas 'obscenas'. (Romanos 1:24-32.) ¿Pudieran parejas casadas imitar esas formas de ayuntamiento sexual en su propio matrimonio y todavía a la vista de Dios estar libres de haber expresado "apetitos sexuales vergonzosos" o "deseo perjudicial"? "

Pueden saberlo directamente de la Atalayas a lo largo de la historia, y demás narraciones WT: https://www.verdadtj.com/atalaya/sexo-oral-anal.php

Atalaya 15 de julio de 1978 págs. 30-32
"¿Presenta la Biblia definiciones específicas en cuanto a lo que es moral o inmoral respecto a las relaciones sexuales entre marido y mujer? ¿Es la responsabilidad de los ancianos de la congregación el esforzarse por ejercer control entre los miembros de la congregación en estos asuntos maritales íntimos?
Hay que reconocer que la Biblia no da reglas ni limitaciones específicas respecto a la manera en que el esposo y la esposa han de participar en las relaciones sexuales. Hay descripciones breves de expresiones apropiadas de amor, como en Proverbios 5:15-20 y varios versículos en el Cantar de los Cantares de Salomón. (1:13; 2:6; 7:6-8) Estos textos, y textos como Job 31:9, 10, por lo menos suministran una indicación de lo que se acostumbraba o era normal en lo relativo al jugueteo amoroso y las relaciones sexuales y coinciden con lo que por lo general se considera acostumbrado y normal hoy día.
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Las Escrituras no van más allá de estas pautas fundamentales y, por lo tanto, nosotros no podemos ir más allá de aconsejar en armonía con lo que la Biblia sí dice. En el pasado en esta revista han aparecido algunos comentarios con relación a ciertas prácticas sexuales raras dentro del matrimonio, tales como el coito oral, y estas prácticas fueron igualadas con inmoralidad sexual crasa. Con esto como fundamento, se llegó a la conclusión de que los que participaban en tales prácticas sexuales podían ser expulsados si no mostraban arrepentimiento. Se tomó el punto de vista de que estaba dentro de la autoridad de los ancianos de la congregación el investigar y actuar en capacidad judicial con relación a tales prácticas en la relación conyugal.
Sin embargo, al continuar examinando cuidadosamente este asunto hemos llegado a la convicción de que, en vista de la ausencia de una clara instrucción bíblica, éstos son asuntos por los cuales la pareja casada misma tiene que llevar la responsabilidad delante de Dios y que estas intimidades maritales no llegan a estar dentro de la esfera de acción de los ancianos de la congregación de modo que éstos deban intentar controlarlas o expulsar con tales asuntos como la única base. Por supuesto, si alguien opta por acercarse a un anciano para solicitar consejo, esa persona puede hacerlo, y el anciano puede considerar con tal persona principios bíblicos, obrando como pastor, pero sin intentar, en realidad, "ejercer función policíaca" con relación a la vida marital del inquiridor.
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¿Qué hay si una persona casada alega que ciertas prácticas sexuales de su cónyuge son lo suficientemente crasas como para estar dentro del alcance del término griego porneia como se usa en Mateo 19:9 ("fornicación," Traducción del Nuevo Mundo)? Como se ha mostrado, las Escrituras no dan información específica que permita decir que ciertas prácticas sexuales dentro del matrimonio quedan positivamente identificadas -o no quedan identificadas- como porneia. Debe notarse que el término griego se toma de una palabra que tiene el significado básico de "vender" o "rendirse o entregarse a," y por lo tanto porneia tiene el sentido de "un venderse o entregarse a la sensualidad o a lascivia." La forma verbal (porneuo) abarca entre sus significados el de "viciar" o "corromper." (Greek-English Lexicon de Liddell y Scott) Si la persona casada cree que las prácticas sexuales de su cónyuge, aunque no envuelvan a nadie extraño al matrimonio, sin embargo son de naturaleza tan crasa como para constituir un claro entregarse a la lascivia o un viciar en lascivia, entonces ésa debe ser su propia decisión y responsabilidad.
Esa persona pudiera opinar que las circunstancias suministran base bíblica para un divorcio. Si así es, ella tiene que aceptar responsabilidad plena delante de Dios por la acción de divorcio que quizás emprenda. No se puede esperar que los ancianos expresen (bíblicamente) aprobación del divorcio, si no están seguros de la base para éste. Al mismo tiempo, ellos no están autorizados para imponer su conciencia en otra persona cuando el asunto es un asunto de duda. (Sant. 4:11, 12) Habiendo expresado el consejo bíblico que consideren apropiado, entonces pueden aclarar a la persona envuelta en el caso la seriedad del asunto y la plena responsabilidad que tiene que descansar sobre ella si busca un divorcio."

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