Hay una profecía bíblica que habla sobre la conducta y comportamiento humanos en este tiempo. Es ésta:

2 Tim. 3:1 Pero debes saber que en los últimos días vendrán tiempos críticos y difíciles de soportar. 2 Porque la gente solo se amará a sí misma; serán amantes del dinero, fanfarrones, arrogantes, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos y desleales, 3 no tendrán cariño natural, no estarán dispuestos a llegar a ningún acuerdo, serán calumniadores, no tendrán autocontrol, serán feroces, no amarán lo que es bueno, 4 serán traicioneros y testarudos, estarán llenos de orgullo, amarán los placeres en vez de a Dios 5 y aparentarán tener devoción a Dios, pero en realidad estarán negando el poder de esa devoción. Aléjate de ellos.

Alguien pudiera pensar que los humanos siempre fueron así. Y hasta cierto punto tienen razón. Pero antes era fácil para las personas tranquilas encontrar un grupo donde se sintieran a gusto, porque la gente solía tener mejores principios que ahora y mantenerse fieles a ellos. Antes una persona perversa y mala se señalaba, y las personas "decentes" trataban de esquivarlos. Pero en estos tiempos ya no es así. Ahora el decente es el raro del grupo. Casi todos mienten y casi todos tratan de aplastar al de al lado para sentirse poderosos o escalar en el mundo, casi todos tienen sexo libre y casi no existe una virgen de 14 años.

Eso sucede porque en este tiempo la competencia se ha ofrecido a la humanidad como el medio para sobrevivir. Los evolucionistas empezaron a enseñar una supuesta "supervivencia del más fuerte". Los sicólogos empezaron a decir a los pacientes "expresa tu ira" ... La competencia es cada vez más cruel. Los padres casi no pueden educar a sus hijos, porque hay un bombardeo constante para que ellos violen los principios sanos. Casi no se puede ver un filme o serie que no tenga pornografía dura, y los padres tienen que estar muy al tanto de qué le están metiendo a sus niños en la cabeza cuando están en la escuela.

Por otro lado, los ateos se esfuerzan mucho en convencer que no hay nadie que vé, que el juicio futuro de todo individuo por parte de Dios es una fantasía. Que uno tiene que hacer lo que le venga en gana y que a nadie le importa. Esto ha llevado al mundo a la vorágine. Son pocos los no creyentes que aun mantienen y enseñan principios a sus hijos, y muchos ni se preocupan y dejan que sea el mundo el que los moldee a su forma para que se hagan fuertes, y en esa esos muchachos terminan en lo mismo del resto del mundo. Los miembros de la cristiandad no se quedan atrás, al igual que sus líderes "espirituales", que cuando no son permisivos, lo hacen ellos mismos, o sencillamente se hacen cómplices de esos mismos actos y conducta.

Definitivamente, esa profecía es verdadera; efectivamente se ha cumplido.