Gracias por continuar este diálogo, Kimo.
Creo que las personas
no creemos por evidencias irrefutables, sino por elección.
No nos convencemos, sino que nos enamoramos.
Yo simplemente me enamoré del mensaje de Bahá'u'lláh.
Si lees Las Palabras Ocultas y las comparas con el Evangelio de Jesucristo en el que crees, a lo mejor te pasa lo mismo, Kimo... o a lo mejor no.
Yo me topé con Las Palabras Ocultas hace 15 años y no me ocurrió nada. Se me hicieron de un barroquismo insípido.
Años después mi reacción fue otra, y aquí me ves.
Supongo que leer al teólogo católico Hans Küng me preparó. (Este teólogo busca un diálogo entre las religiones para acordar una base ética común)+
Me preparó también participar en foros de Internet, donde como ateo militante, buscaba convencer a otros de las falacias de la religión.
(Me siento identificado con Doonga, a quien admiro por lo que escribe y por cómo lo escribe. )
Me ayudó mi esposa atea, que conmovida ante mi ateísmo militante, aguerrido, me cuestionó si en realidad lo que andaba buscando era una religión. Me ayudó a "salir del clóset"