Yo no desacredito lo que concuerda con la enseñanza del Evangelio. Lo que está desacreditado en las escrituras es lo que Jesús desacreditó, como el ojo por ojo y diente por diente, los sacrificios y los mandatos que ordenaban a los hombres que mataran a las personas. Todos esos mandatos que faltaban a la misericordia fueron anulados por las enseñanzas de Jesús. Entonces no eran la verdadera Ley que Dios había dado, pues Jesús no vino a abolir la Ley y los profetas.