Ay cuánta seriedad, Abysso. Mejor que hable Abysso.
¿Y por qué no yo?
Ey, el Abysso que sea. Los Ecos del Abismo no le llegan a cualquiera. Hay temor en aceptar lo que de por sí ya subyace entre las cosas que no dan temor.
Bordeando el Caos siempre hay cosas útiles que puedes arrancar para probar, experimentar, hacer de las repeticiones algunas diferencias.

Bueno, sí, sí, de hecho la felicidad no es lo más interesante y sin embargo hay quienes la ponen en la primer mesa.
Lo que se puede en relación a lo que persiste en nosotros parece más interesante, cuando poco: divertido.

Ah, es que Dionisio es como la gravedad, para que te bese sólo debes dejarte dar un pequeño empujón.
Lo importante es no aprender a ser pateado, terminarás como el elefante de circo atado.
Aaaa pero hasta esos elefantes han bordeando el Caos y a uno que otro en su camino han matado, por el bien de su cordura: la dosis de locura que te cura.

Mneh, eso es complicado, dejemos ese elefante atado para otro asado; pasemos al foco refulgente donde la gente cabalga las nubes para apreciar las marginales bellezas, madeja demasiado demente para el consciente. Por consiguiente:
-Siguiente!