Hace apenas treinta años, se creía que las mujeres eran débiles, y los homosexuales también.
Entonces, a un hombre que diera muestras de debilidad, se le tildaba de "mujercito" o "marica".
Pero en esta época ya es muy claro que existen mujeres y gays campeones de boxeo. En cambio, existen hombres llorones. Los clichés se han ido viniendo abajo.