A mi pablo no me gusta desde el punto de vista de su moralismo, y su misoginia.
Sin embargo, guste o no guste, pablo es el creador de la figura de Jesucristo y de la teología cristiana.
Los evangelios (salvo el de Juan) describen una serie de situaciones de mediana credibilidad, como también los hechos.
Juan, por otro lado agrega toda una visión mística, que complementa los escritos de Pablo, y le da una forma final al credo cristiano.
Pero cada cual tiene su propia lectura de esos escritos, y anda a contradecir en algún punto de la visión que tiene de lo leído.
Por ese motivo, (entre otros), la ICAR dejó la interpretación de las escrituras a los sacerdotes y monjes. Digo entre otros, porque no había imprenta, por lo que la difusión de las mismas era mínima.
La imprenta apareció casi concurrentemente con la reforma de lutero, quién propuso el concepto "sola scriptura" -- y la interacción entre Dios y el hombre sin la intervención de terceros.
Y junto con eso apareció la diversidad de interpretaciones que vemos hoy, desde lo que propone la ICAR, pasando por las iglesias de la reforma, y llegando a extremos (en la diferencia de interpretación) como los TJ.
EL cristianismo esotérico, en cambio, existió desde los primeros días del cristianismo. Postula la trasmigración de las almas, entre otras tantas diferencias, y tiene una visión cosmológica completamente diferente a la de las ramas del cristianismo más concreto.
AHí podemos encontrar a los rosacruces, a los seguidores del cuarto camino,
entre otros, pero me parece que los dos mencionados son los más representativos, aunque bastante diferentes entre sí.
No conozco los rosacruces lo suficiente como para poder decir en qué son diferentes.
Jamás comprenderás la inmensidad de La Nada.