En España tras la expulsión de los jesuitas se producen grandes cambios. En lo que se refiere a los de la enseñanza, Carlos lll desea extender su autoridad a todas las esferas reorganiza las instituciones docentes. Reúne a los cinco obispos que han formado la comisión de expulsión y los autoriza a disponer de todos los bienes hasta ahora jesuíticos. Las cátedras de teología y los libros de texto que tenían la impronta de la Compañía de Jesús son eliminados. Ordena a estudiantes y profesores el abandono del estudio de enseñanzas religiosas imbuidas de carácter ultramontano. Para asegurarse del cumplimento de lo mandado crea un cuerpo de inspectores.
Con lo escrito en las anteriores líneas temo se mal interprete la idea. Carlos lll no prohíbe taxativamente los estudios teológicos. Lo que si prohíbe es que se haga contemplándolos bajo el prisma desde el que se ha venido estudiando. Como pienso que se necesita una explicación, la daré. Para ello, de los anaqueles de la librería escojo las obras del benedictino, Benito Jerónimo Feijoo. Es fraile catedrático en la Universidad de Oviedo por los años de Felipe V. Como algunos intelectuales de época piensa que hay que sacar a España del letargo del siglo XVll, que aún no se ha perdido del todo. Más que fe el pueblo español abunda en la superstición. Tienen más importancia los amuletos y los conjuros que el modelo de Cristo. De ahí que sea necesario que España se abra al exterior y respire Ciencia. Es en síntesis de lo que trata su “Teatro Critico” y sus “Cartas Eruditas”.
Feijoo marca una nueva era. Alrededor de su obra se originan controversias, a veces agresivas. Fernando Vl ha de tomar bajo su protección a Feijoo. Tal grado de popularidad alcanza, que el mismo Campomanes prologa una de las ediciones del “Teatro Critico”. Lo que señalo como contraste a los jesuitas que dirigían una enseñanza caduca a la vez que la compaginaban con la Inquisición. Bien es cierto que esta última no se hunde en el abismo por ser demasiado pronto, pero queda muy resentida. Es esta una etapa, que si bien algunas obras estan prohibidas, se leen a hurtadillas y oficialmente nadie sabe nada. Tal es el caso de la “Enciclopedia” prohibida en España en 1759, y de la que Campomanes autoriza la publicación de muchos extractos.
El padre Feijoo, es un erudito que abarca todos los temas. Nada más comenzar su obra tiene un discurso titulado la “Voz del Pueblo”. En el se pregunta que significa exastamente la acepción de la palabra “pueblo” y elucubra sobre las distinciones entre vulgo, multitud, populacho…para acabar en la ironía de decir que “Los ignorantes, no por ser muchos dejan de ser ignorantes”. Estudios de politica, en los que hace semblanza de Maquiavelo. Sobre la mujer, tan denostada y tenida como “cosa” al menos en España. Bosquejo de Raimundo Lulio y de otros muchos personajes ¡Un ilustrado!
Más desgraciadamente, Feijoo es una de las pocas excepciones a la regla. Los conventos de monjas y frailes son numerosísimos en España. El clero secular tambien es numeroso. Viene a sumarse con otros dignatarios de la Iglesia y el resultado son unas cifras exorbitantes de la población española. Según estudiosos del tema, en la misma epoca Francia tiene una población aproximadamente dos veces y media mayor que la española. A pesar de esa diferencia la cifra del clero es igual por ambas partes. Sucede en una población de clases bajas, que ha de sustentar una Iglesia enormemente rica. Jovellanos , a quien cite en aporte anterior, como consejero real pone objeciones a ese estado de cosas y al mal uso improductivo que se hace. Principalmente en las tierras sin cultivar. Volvemos a las “manos muertas” que se creía hubiesen rendido más en manos de particulares.
La ignorancia no solo lo era del pueblo llano. El clero, salvo la jerarquía y contadas personas, como he afirmado, no solo lo era ignorante. Alimentaba la credulidad y fomentaba el rito innecesario. Había quien extendía los brazos al finalizar la misa. Si no lo hacía bien, de nada la valía la bendición final. Leo al preparar el aporte, el caso de la Beata de Cuenca que convence a sus convecinos, de que su cuerpo se había transformado en “Cuerpo y Sangre de Cristo”. La siguieron sacerdotes, pueblo y miembro de la aristocracia, en las procesiones que se preparaban.
Carlos lll desea reformar esa Iglesia. Dicta reales cedulas y toma medidas para fortalecer la disciplina en las ordenes religiosas. Usa del poder que le confiere el Concordato para nombrar los obispos idóneos. Los resultados finales, no son los más idóneos. Al menos en lo que se refiere al bajo clero, que prácticamente continua igual. Otra cosa es el obispado que nota de manera ostensible la reforma. La mendicidad es tema que tambien le preocupa. De la mano de Floridablanca, aquel José Moñino, que adquiere el título con la expulsión de los jesuitas fomenta las escuelas de artes y oficios, a la par que levanta asilos. Lo que tiene buen cuidado es de que no mendigasen los físicamente bien capacitados y que los obispos den trabajo a los necesitados.
En aportes anteriores escribí de la división de Europa y sus colonias en dos mitades. La una católica. La otra protestante. Diserté, de como la última, la de Cromwell cree en la igualdad de todos los hombres, y desdeña la doctrina del derecho divino que asiste a los reyes. Tambien dije, que determinado sector de la Protesta abrazo la idea de la predestinación, que se manifiesta en el trabajo. Estas creencias conllevan una forma de actuar. De esa actuación nace un hemisferio europeo mas atrasado y otro más adelantado. Los países protestantes adelantaron hacia la ciencia. Los católicos sufrieron trabas y se quedaron mas atrasados. Sé que esta afirmación es dificil de digerir. Con ella no pretendo ensalzar un hemisferio frente al otro. Señalo el lugar que la ciencia, el saber ha ocupado en uno y otro sitio.
Feijoo fue lo que hizo. Sin renegar de su fe copio métodos protestantes. Trató de incorporar España a la corriente de pensamiento mundial. Quizás donde más se note la presencia de espíritus como el suyo es la Medicina. Poco a poco donde existía la milagrería va entrando la ciencia. La mayoria de las veces, con oposición de la misma Iglesia. Esa mirada hacia el exterior, a veces a hurtadillas hace posible la entrada en España de la botánica, en lugar del talismán. Así en el año 1755 nace na Madrid, el Jardín Botánico auspiciado por Carlos lll.
Aquellas calles tortuosas, fétidas y peligrosas del “¡Agua va¡” que relate en aporte anterior se mutan poco a poco, en el Madrid de la Puerta de Alcalá. Por contraste, mientras esto sucede el vulgo, los sectores conservadores y el clero inculto se opone a la vacuna de la viruela. Se opone a pesar delas recomendaciones de la prensa periódica, que comienza a aparecer en España, como rara avis.
Dos nubes amenazan tormenta. Una esta cargada de preceptos económicos. Habla de la no intervención del Estado en las transacciones comerciales. Fijándose en las leyes de la Naturaleza habla de la selección de la especie. En beneficio de la Comunidad el debil deba quedar apartado. Es el “dejar hacer, dejar pasar en la Economía”. La otra viene con canto revolucionario, la “Marsellesa”


SEGUIRE EN SEPTIEMBRE ¡Felices vacaciones!