Día del Juicio Final. La Humanidad ante Dios.
Ha quedado claro quiénes van al Cielo; como también ha quedado claro los que van al Infierno.

Silencio sepulcral.

Dios se toma unos segundos (sí, el dueño de la eternidad se toma unos segundos).

Y habla con voz poderosa y firme:

<<Siempre os he hecho conocedores de mis intenciones: buenos, para el cielo; malos, para el infierno. Y ha llegado el día que nunca quise que llegara. El día de la verdad (que por cierto, lo he ido alargando demasiado).

He decidido poner en vuestras manos este asunto harto complicado para un Padre. Los que tienen derecho a ir al Cielo, pueden canjear su derecho por que no vayan al Infierno los malos.
Esto es: Todos seguiríais muertos, si la votación fuera favorable al perdón.

Hay una cosa evidente: Para evitar que muchos sufran durante una eternidad, muchos tienen que renunciar a una eternidad de gloria.

Que Gabriel tome nota de los votos>>.

Silencio sepulcral.

Después de esta votación ¿Seguiría existiendo el Cielo?