Tuve una experiencia análoga hace años: todo eso está dentro de nosotros.

Hay diversos mecanismos mediante los cuales esto se logra hacer aflorar.

La forma más difícil, pero más segura, es mediante la meditación trascendental.

La más fácil, pero no tan segura, es mediante alguna droga alucinógena, como la ayahuasca, o, como en mi caso, el LSD.

Esto último no se lo recomiendo a nadie que ande con problemas emocionales, y menos hacerlo desacompañado.

Mi vida la puedo dividir entre antes y después de esa vivencia mística extrema.
Para mi fue buenísimo.