¿Qué es el bautismo “con el propósito de ser personas muertas”?
Los traductores han vertido de varias maneras el pasaje de 1 Corintios 15:29: “¿Qué harán los que se bautizan por los muertos?” (Val); “por aliviar a los difuntos” (TA); “en favor de los difuntos” (SA, 1972); “en atención a los muertos” (GR); “con el propósito de ser personas muertas” (NM).
Se han dado muchas interpretaciones distintas a este versículo. La más común es que Pablo se estaba refiriendo a la costumbre del bautismo sustitutorio en agua, es decir, bautizar a personas vivas en favor de otras muertas, a modo de sustitución, para beneficiarlas. No es posible probar que existiera tal práctica en los días de Pablo, y no estaría de acuerdo con los textos que especifican con claridad que los que se bautizaban eran los “discípulos”, los que personalmente ‘abrazaban la palabra de buena gana’, los que ‘creían’. (Mt 28:19; Hch 2:41; 8:12.)
La obra A Greek-English Lexicon, de Liddell y Scott, incluye “por”, “en favor de” y “por causa de” entre los significados de la preposición griega hy·pér cuando se usa con palabras en el caso genitivo, como en 1 Corintios 15:29 (revisión de H. Jones, Oxford, 1968, pág. 1857). En algunos contextos la expresión “por causa de” equivale a “con el propósito de”. Ya en 1728 Jacob Elsner notó que diferentes escritores griegos habían dado a la preposición hy·pér con palabras en genitivo un significado de finalidad, es decir, un significado que expresa propósito, y señaló que en 1 Corintios 15:29 esta construcción tiene tal significado. (Observationes Sacræ in Novi Foederis Libros, Utrecht, vol. 2, págs. 127-131.) De acuerdo con esto, la Traducción del Nuevo Mundo emplea la expresión “con el propósito de” para verter hy·pér en este versículo.
Cuando un término puede traducirse gramaticalmente de más de una manera, la correcta es la que armoniza con el contexto. En este caso el contexto (1Co 15:3, 4) muestra que el tema principal tratado es la creencia en la muerte y la resurrección de Jesucristo. Los siguientes versículos presentan prueba de la seguridad de esta creencia (vss. 5-11); consideran las graves implicaciones de negar la creencia en la resurrección (vss. 12-19), el hecho de que la resurrección de Cristo asegura que otros serán levantados de entre los muertos (vss. 20-23) y que todo ello tiene como fin la unificación de toda la creación inteligente con Dios (vss. 24-28). El versículo 29 es, obviamente, parte integral de esta consideración. Pero, ¿de la resurrección de quiénes se trata en el versículo 29? ¿De la de aquellos de cuyo bautismo se habla en el versículo? ¿O es la de alguien que hubiera muerto antes de que tuviera lugar ese bautismo? ¿Qué indican los versículos siguientes? Los versículos 30 a 34 muestran claramente que en el 29 se está hablando de las perspectivas de vida futura de cristianos vivos, y los versículos 35 a 58 aclaran que eran cristianos fieles que tenían la esperanza de vida celestial.
Esto está de acuerdo con Romanos 6:3, que dice: “¿O ignoran que todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús fuimos bautizados en su muerte?”. Como este texto pone de manifiesto, ese no es un bautismo al que el cristiano se somete en favor de alguien ya muerto; por el contrario, es algo que afecta el propio futuro de la persona.
¿En qué sentido, entonces, fueron bautizados aquellos cristianos “con el propósito de ser personas muertas”, o “bautizados en su muerte”? Fueron sumergidos en un proceder de vida íntegro hasta la muerte, como en el caso de Cristo, y con la esperanza de una resurrección como la suya a vida espiritual inmortal. (Ro 6:4, 5; Flp 3:10, 11.) Este no era un bautismo que se realizaba rápidamente, como en el caso del bautismo en agua. Más de tres años después de su bautismo en agua, Jesús habló de un bautismo que en su caso aún no se había consumado y que todavía estaba en el futuro para sus discípulos. (Mr 10:35-40.) Como este bautismo culmina en la resurrección a la vida celestial, debe empezar con la influencia del espíritu de Dios en la persona de tal modo que engendre esta esperanza, y debe terminar, no con la muerte, sino con la realización de la perspectiva de vida espiritual inmortal por medio de la resurrección. (2Co 1:21, 22; 1Co 6:14.)