El emperador Carlos V apenas usó de los servicios del Santo Oficio, nombre por el que se conocía a la Inquisición. Persiguió a sodomitas, bígamos, hechiceros, contrabandistas de literatura hereje y revolucionarios violentos de Alemania y Países Bajos. Felipe ll, su hijo, sí que hizo de la institución una verdadera herramienta represiva. Fue una forma de imponer su voluntad a quien no estuviese de acuerdo con su manera de gobernar. Politicas muy respaldadas por las clases populares, al contrario de lo que pudiera creerse. Sirva de ejemplo, el que un aparcero desease comprar a precios bastantes mas económicos a la Inquisición, que aquellos prestamistas que les esquilmaban por medio del horrible pecado de la usura.
Melchor Cano fraile dominico, que junto a Laínez, Salmerón y Domingo de Soto forma parte del equipo teológico que representa a España en Trento es amonestado severamente por el papa Paulo lV. El motivo es cometer la osadía de anteponer los intereses de Felipe ll frente a los temporales del papa. Unido este hecho a los del “reconocer” a su hermano D. Juan de Austria y el episodio de la defensa de Malta frente a los turcos nos da por resultado una aproximación bastante aproximada del carácter de Felipe ll.
Carlos V de España, al final de sus días decide para tormento de los jerónimos retirarse al Monastario de Yuste. Antes de morir en ese su retiro escribe un testamento, en el que aparte de recomendar a Felipe ll mano dura con los herejes, le conmina para que reconozca al fruto habido de sus relaciones ilegitimas con Ana Blomberg. Señora que bien de grado o por fuerza acompañó a Su Majestad al pueblecito de Coque de Yuste, en Extremadura. Cierto es, que la dama no tenía sus aposentos donde moraban los monjes, sino a la distancia de un pequeño paseo. Para lo que importa a la historia es necesario decir que fue la madre de D. Juan de Austria, hermanastro de Felipe ll y gran estratega como demostró en lucha contra los moriscos de Las Alpujarras (Granada) y en la batalla naval de Lepanto, en la que se vence al turco.
Felipe ll cumpliendo los deseos de su padre reconoce al hermanastro. Más lo hace con trampa. No le otorga el titulo de “Alteza” que le corresponde por tener sangre real ni le da el palacio a que tiene derecho. Podrá llevar el titulo de “Excelencia” y ha de vivir en mansión distinguida. Su deseo es el que se haga clérigo y que desaparezca de la Corte. Quiere la Historia otra cosa y le vemos acompañando en la Universidad de Alcala de Henares, al príncipe Carlos el hijo demente de Felipe ll. En uno de sus raptos de locura intenta el príncipe destronar a su padre. Gracias a que D. Juan había alertado antes sobre el complot no pierde la vida como le sucedió a Carlos.
El asedio de Malta por el turco Piale Baja es el broche que cierra la personalidad de Felipe ll. Los Caballeros de la Orden de Malta defienden con heroísmo espartano el enclave mediterráneo. Estoicamente sufren bombardeos, hambres y calamidades. El Rey, desde su pequeño despacho en el Escorial gobierna el mundo. Nada se le escapa gracias a sus correos y sabe de las calamidades que rodean a estos valientes. La escuadra naval le es necesaria y prefiere sacrificarlos para no perder la guerra. Frialdad que guarda `paralelismo con el comportamiento de Felipe ll en la quema de herejes luteranos, en la ciudad de Valladolid el día 28 de mayo del año 1569 ¡Magnifica la novela de Miguel Delibes “El Hereje”!
Para cerrar los aportes referidos al Concilio de Trento es necesario citar una carta de Carlos Borromeo a los padres conciliares. Se trata del sobrino del pontífice Pio lV indicando la agonia de su tio. La clausura que debía tener lugar en diciembre de 1563 se adelanta. ¡99 obispos y 7 padres generales de las ordenes religiosas aprueban los anteriores decretos que firma el papa antes de morir. Le sucede Antonio Michele Ghishere que toma el nombre de Pio V y es el encargado de hacer cumplir los acuerdos conciliares. Declarado santo al obispo de Milan, Carlos Borromeo, merece mención junto a los que siguieron mas tarde las pautas Conciliares: Jose de Calazanz, fundador de las Escuelas Pias; Felipe Neri; Francisco de Sales y tantos otros.
Si el Protestantismo contempla solamente los méritos de Cristo, el Concilio de Trento traerá un nuevo arte, el Barroco. Por medio de el se exaltaran los postulados católicos y de alguna manera, el Altar mayor de las Iglesias será reflejado en sus fachadas. Este “truinfo” católico como asilo considera su Iglesia será transportado por el Imperio Español a sus colonias.