No existe ninguna semejanza. Las palabras de Juan 3:14 remiten al lector a lo expuesto en Números 21:4-9. Jesucristo expuso este pasaje para establecer una comparación aplicada a su futura muerte: de la misma manera como la gente fijaba su mirada en la serpiente de cobre que Moisés hizo por orden de Jehová Dios para mantenerse con vida, así también los primeros cristianos ejercerían fe en Su Hijo Unigénito Jesucristo para granjearse la aprobación divina.