Cita Iniciado por doonga Ver Mensaje
No ocurre lo mismo: el discurso científico acepta la crítica por definición.
Y una objeción bien planteada causa un cambio en el discurso científico.

El amor romántico o el arte no se pueden comparar con el discurso científico, y mucho menos con el absolutismo del discurso religioso, pues éste no acepta objeción alguna, y se fundamenta en principios y argumentos no demostrables, sino aceptados por creencia.
Hola doonga

Por "discurso" quería referirme a la manera en que elegimos palabras como vehículo imperfecto de los conceptos abstractos que intentamos trasmitir.

Como sabes, cuando un astrofísico intenta describirnos a nosotros, legos en la materia, la realidad de un fenómeno complejo, usa una serie de analogías, metáforas, y palabras de uso corriente que no son sino muy imperfectas aproximaciones.

El astrofísico sabe bien que, por ejemplo, un "agujero negro" no es literalmente un "agujero negro", ni que el "big bang" es una "gran explosión".
Incluso términos como "singularidad" o "continuo espacio-tiempo" son palabras que muy pálidamente intentan reflejar la luz tras el concepto.


Para decribir el amor romántico, han probado suerte poetas, novelistas, cineastas, pintores... ninguno con éxito.

Al amor hay que experimentarlo, y a la mecánica cuántica abordarla por mecanismos mentales diferentes a los que usamos para sobrevivir en el día a día.

Creo que con el discurso de Dios pasa algo parecido.
Nuestra intuición, nuestra lógica racional, nuestra experiencia... todo falla al intentar describirlo y, sin embargo, no hemos dejado de seguirlo intentando desde que el hombre es hombre.