Y entonces, como "el pecado entró por Eva", a mí hoy un viejo asqueroso me ha magreado un muslo en un autobús. A mi, que tengo más de cincuenta años y de ochenta kilos, y aunque no los tuviera.
Aun así, ha contestado a mis gritos que "no era para tanto" y que lo respetara como anciano que era.
Claro, ahora lo veo, "Adán" solamente "peca" ante la provocación de Eva, que da igual que lleve prendas anchas y se cubra hasta el cuello, que sea una señora madura y estuviera sentada en el autobús sin molestar a nadie. "Eva" siempre tendrá la culpa, a "Eva" se le puede meter mano en un sitio público como un medio de transporte, porque es una tradición naturalizada y nadie hace nada al respecto por cambiar "la historia".

Hasta las narices estoy de estas mamarrachadas y de los babosos que las siguen defendiendo.
Dixi.