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Tarumba
¡EN QUE PAUSADO vértigo te encuentras
Qué sombras bebes, en qué sonoros vasos!
¡Con qué manos de hule estás diciendo adiós
Y qué desdentada sonrisa echas por delante!
Te miro poco a poco tratando de quererte
Pero estás mojado de alcohol
Y escupes en la manga de tu camisa
Y los pequeños vidrios de tus ojos se caen.
¿A dónde vas hermano?,
¿de qué vergüenza huyes?
Yo miro al niño que fuiste,
Como lo llevas de la mano
De cantina a cantina, de un hambre a otra.
Me hablas de cosas que sólo tu madrugada conoce,
De formas que sólo tu sueño ha visto,
Y sé que estamos lejos, cada uno en el lugar de su miseria,
Bajo la misma lluvia de esta tarde.
Tú no puedes flotar, pero yo hundirme.
Vamos a andar del brazo, como dos topos amarillos,
A ver si el dios de los subterráneos nos conduce.
Jaime Sabines (“Tarumba”, 1956)
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Que no sea tu cuerpo la primera tumba de tu esqueleto.