Con respecto a este asunto, la Biblia nos revela que hay un elemento que conspira contra nuestra forma de pensar:

Efe.2:1 Además, a ustedes [Dios los vivificó] aunque estaban muertos en sus ofensas y pecados, 2 en los cuales en un tiempo anduvieron conforme al sistema de cosas de este mundo, conforme al gobernante de la autoridad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de la desobediencia.

Lo que ahí nos dice Pablo bajo inspiración, es que lo que nos rodea puede afectar gravemente nuestro comportamiento. Según ese texto, nuestra personalidad y forma de pensar están expuestas a ser afectadas por "el espíritu" que domina sobre el mundo. Una comparación sencilla nos ayuda a entender lo que dice Pablo: la propaganda hace que los jóvenes se inclinen a seguir ciertos modas que imponen subrecticiamente algunas compañías, que persiguen aumentar el consumo de sus productos. Del mismo modo, hay otras estrategias mundanas que son utilizadas para generar en la gente ciertos patrones de comportamiento según los intereses de quienes los propagan. En ese fenómeno de "moldeo del mundo", el móvil de estos mecanismos no es el bien común ...

Por eso deberíamos preguntarnos hasta qué punto nuestra forma de pensar se está dejando controlar por el espíritu de este sistema de cosas, especialmente si comprendemos que detrás de los intereses humanos egoístas, hay fuerzas espirituales inicuas que están tratando de llevar a la humanidad a su propio desplome moral y destrucción.