En otros varios relatos historicos referetes al tema, y mas recientes, tambien se hace mencion, como causante, el negarse a parar las reuniones de los tdJ, lo que por ende, las convirtio en un acto clandestino y penado por la ley.

Este hecho tampoco califica como obediencia a un "principio bilbico", pues, una vez mas, no existe ningun pasaje biblico puntual que exija u obligue a reunirse cueste lo que cueste.