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buite
Según el propio Mateo, Jesús también dijo:
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios (Mateo 5:9)
Y Juan, pone en boca de Jesucristo;
La paz os dejo, mi paz os doy, yo no la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo (Juan 14:27)
En las escrituras se presenta a Jesus como el Príncipe de la Paz (Isaías 9:6)
Pero Jesús era consciente de que la labor evangelizadora iba a encontrar una tremenda oposición a sus discípulos, incluso entre sus familiares o amigos podía haber traidores. Por eso advierte a los apóstoles y sus seguidores con la frase de Mateo e incluso Lucas:
Pensais que he venido para dar paz en la tierra? Os digo: No, disensión. Porque de aquí en adelante, cinco en una familia estarán dividos, tres contra dos y dos contra tres (Lucas 12:51-52).
Tenía claro que la evangelización sería difícil y el simil de la espada y la sangre era una forma de expresar la lucha contra el mal. No hay costancia de que los apóstoles derramaran sangre que no fuese la suya.