La marihuana es considerada una droga poco dañina o incluso no dañina, lo que se ha impuesto como un dogma en ámbitos populares.

La marihuana destruye el cerebro en forma progresiva, genera daños mentales irreversibles y es causa inmediata al desarrollo o agravamiento de las psicosis/esquizofrenias.

Baja la capacidad intelectual de la persona que la fuma, baja su inteligencia, altera la memoria de una manera grave porque hace al fumador confundir hechos imaginados como reales.

Ademas, fumarla aumenta gravemente el riesgo de enfermedades cardiovasculares así como de cáncer de vias respiratorias.

Este es un ejemplo, sólo uno, de los daños que provocan las drogas estupefacientes.