Nunca subo imágenes ni doy datos personales en las redes. No cuento cuándo salgo de viaje o de vacaciones. Tampoco facilito mi ubicación, y limito mis comentarios a la visión de mis contactos. Por no decir que les doy la tabarra a mis amigos para que no cedan a la tentación de subir fotos de sus niños. Creo que la prudencia siempre es la mejor manera de evitar incursiones no deseadas.