Pensar mucho las cosas cuando aun no estás preparado para ello puede resultar muy perjudicial, es como ser un pájaro que se avienta a volar cuando sus plumas aun no han salido. Aunque también hay aves que nunca aprenden a volar (pensar o reflexionar, que creo que es lo que puede lastimar, filosofar, meditar solo sobre los posibles destinos mal aventurados que podamos tener), aves que ignoran como se ven los cielos, ellos son ignorantes felices, pues son los que no comprenden los problemas inexistentes que pudieran tener las aves que si pueden volar y se lastiman una y otra vez tratando de despegarse del suelo.