El presidente Lázaro Cárdenas ha nombrado a Saturnino Cedillo como sustituto de Tomás Garrido Carnabal, en la Secretaría de Agricultura. Los motivos no responden a ordenes de competencia en el ramo. Lo son por motivos de intolerancia religiosa. El primer aviso viene en el año 1928, cuando Ausencio Cruz estaba en Tabasco de gobernador. Comienza a darse a conocer el nombre de “Camisas Rojas”. Algo más tarde, el 30 de diciembre de 1934 se celebra en la Parroquia de S. Juan Bautista, de Coyocán, la Santa Misa. Un grupo de personas interrumpe en el templo profiriendo insultos a los asistentes y arengando contra el Catolicismo. Los fieles rodean a los intrusos y se producen ataque verbales. Sube el tono hablan las pistolas y mueren una católica y un anticlerical. La policía interviene para aclarar los hechos y la opinión pública exige un castigo. Cárdenas se pone al lado de su ministro.
Por esa época dan comienzo las disidencias entre Calles y Cárdenas. Triunfa el segundo y barre de su ministerio todo vestigio cardenista. Verdadera razón de la caída de Tomás Garrido que es exilado a Costa Rica. Entra en escena Saturnino Cedillo, del que comencé a esbozar su retrato en aporte anterior.
Sabemos que Cedillo detesta el reparto de tierras que promueve Cárdenas. El choque se produce, al menos aparentemente, cuando los estudiantes de la Escuela Agrícola, de Chapingo se oponen al director nombrado por Saturnino Cedillo. Se mantiene un pulso hasta que dimite Cedillo y Cárdenas acepta su dimisión. Como acto de buena voluntad se nombra al primero, Jefe Militar de Michoacán. Puesto que rechaza con excusas y agradecimientos para volver a S- Luis de Potosí. Desde allí y en a legislatura estatal no reconoce al gobierno federal ¡Da comienzo la rebelión!
Acuden las tropas federales a S. Luis a las que acompaña el propio Cárdenas. El rebelde se repliega hacia las montañas, pero deja en la ciudad muchos partidarios armados. El presidente recurre a la oratoria y condena a Cedillo por su acción. Promete no perjudicarle ni a él ni a sus seguidores si se entregan a la justicia y espera. Las victorias federales en varias regiones del Estado y la actitud pacificadora de Cárdenas dejan a Cedillo con tan solo unas decenas de hombres. Acorralado, Cedillo efectúa declaraciones insistiendo en la soberanía de su Estado y acusa a Cárdenas de impartir el régimen soviético, al colectivizar la agricultura. La repuesta cardenista que recibe es la de hacer en el Estado más canales de irrigación, levantar escuelas y pavimentar carreteras. Cárdenas reparte algunas tierras entre los campesinos y retorna a Ciudad de Mexico.
Meses más tarde los federales encuentran en su escondite de Biznaga a Saturnino Cedillo. De cambian disparos y muere el rebelde al intentar el escape a caballo. La reacción de Cárdenas es lamentar la muerte del amigo descarriado. A la postre resulto que el que fuera Secretario de Agricultura estaba envuelto en la mayor crisis de la Administración de Cárdenas. Negaba su conexión con las compañías petroleras. Su mentís no convencía a nadie y al final se demostró el apoyo de esas compañías a la contrarrevolución.
El problema del Mexico moderno con la Iglesia Católica será una constante más o menos solapada hasta el año 1988. Fecha en que el presidente Carlos Salinas de Gortari restaura relaciones con la Santa Sede. SE reforma el articulo 130 de la Constitución dándole personalidad jurídica a la Iglesia. Aunque en realidad, si con Plutarco Elías Calles se polariza la tensión y con Cárdenas se va suavizando es Avila Camacho quien comienza a abrir una ventana. Aun así hay detractores.
Orto factor que a mi juicio palia la lucha religiosa es a proximidad de la ll Guerra Mundial. La Segunda Guerra Cristera que tiene lugar entre los años 1934 al 38 es consecuencia de una reacción católica a la implantación de la “educación socialista” y persecución religiosa como se ha visto. La violencia viene dada por ambos lados. DE no existir la contienda mundial que señalo, quizás hubiese sido otro final. En Usa suena un nombre, Spelman, que llegara a Cardenal . DE otro lado los Caballeros de Colon, son fuertes en economía y detestan el Protestantismo. Aunque es bien cierto que la misma jerarquía católica pide no se recurra a la lucha armada