Confieso que no estudié piano...
Confieso que estoy a punto de convertirme en asesina serial...
Pues vámonos! Hoy no quiero matar pero de ver, dan ganas lo confieso.
Confieso que hay tercos en el mundo y que se salvan de que no poseo armas.
Detesto el olor a sudor, como el de nietzsch
Y me dejaste en eso, me sacaste del proceso, me diste una trompada con tu brazo secular, y me dejaste llorando, con los mocos por el fango mientras te pedía otra oportunidad, soy un hombre que sufre...
Confieso que no he despertado, voy por otro café.
Yo confieso que ese sueño me dejó con el corazón apachurrado.
Cuando sonríes se me pasa, las penas, la vida...¡todo!