Texto Diario
lunes, 8 de enero de 2018
Sopórtense unos a otros en amor (Efes. 4:2).
¿Qué opina de los hermanos que son de una cultura muy diferente a la suya? Quizás no esté acostumbrado a escuchar su idioma, a su forma de vestir, a sus modales o a su comida. ¿Suele evitarlos y prefiere relacionarse con los que tienen más cosas en común con usted? O tal vez los superintendentes de su congregación, de su circuito o de la sucursal son más jóvenes que usted o son de otra cultura o raza. ¿Permite que estas cosas dañen la unidad que debe existir en el pueblo de Jehová e impidan que todos persigamos el mismo objetivo? ¿Cómo podemos evitar esas trampas? Pablo les dio varios consejos prácticos a los cristianos de Éfeso, una ciudad próspera donde convivían muchas culturas diferentes (Efes. 4:1-3). Pablo menciona al principio cualidades como la humildad, la apacibilidad, la paciencia y el amor. Estas cualidades son como las columnas que sostienen una casa.
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)