Lunes 25 de diciembre
Nos instruye a vivir con buen juicio
en medio de este sistema de cosas actual (Tito 2:12).
Es muy necesario ser prudentes y tener buen juicio, sobre todo si nos suena extraña o misteriosa la explicación que nos dan sobre cómo funciona un tratamiento o terapia. Deberíamos preguntarnos: “¿Es lógica la explicación que me están dando? ¿Es un tratamiento reconocido por personas acreditadas?” (Prov. 22:29). Puede ser que nos digan que el remedio se descubrió en un lugar muy lejano y exótico, y que la ciencia moderna todavía no lo ha descubierto. Pero ¿basta con que el remedio sea exótico para que funcione? Si alguien afirma que su tratamiento se basa en una sustancia secreta o en una fuerza desconocida, debemos tener mucho cuidado, pues la Biblia nos advierte que evitemos todo lo que tenga que ver con magia y espiritismo (Is. 1:13; Deut. 18:10-12).
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)
para comprender lo absurdo que es ser un TJ sólo es necesario plantearse que un padre TJ puede donar uno de sus riñones a su hijo TJ pero no puede donar medio litro de su sangre.
25 de diciembre, fecha en que los Cristianos del mundo entero recuerdan y festeja el nescimiento del Salvador, motivo de gran gozo.
Para quienes NO son Cristianos, espero que el espiritu que emana de este gran acontecimiento para la humanidad, les toque el corazon y los lleve al verdadero Mesias, el Heredero del Padre, Jesus el Ungido, a aquel que sacrifico Su vida por nosotros.
Feliz Navidad...!
Muy bien Kimo
Miércoles 27 de diciembre
Yo y el Padre somos uno
(Juan 10:30).
Cuando trabajamos con una persona a la que queremos, pasamos mucho tiempo con ella. Así llegamos a conocerla aún mejor: su personalidad, sus metas y lo que está haciendo para alcanzarlas. Eso es lo que ha pasado entre Jehová y Jesús. Durante los millones y millones de años que han trabajado juntos, han creado una relación de cariño muy fuerte. Así es, forman un equipo perfecto. Jesús le pidió a su Padre que cuidara de sus discípulos. ¿Por qué? “Para que sean uno así como lo somos nosotros”, dijo él (Juan 17:11). Cuando obedecemos a Jehová y predicamos las buenas noticias del Reino, conocemos mejor sus maravillosas cualidades. Aprendemos que lo más sabio es confiar en él y seguir su guía. Cuanto más nos acerquemos a él, más se acercará él a nosotros (Sant. 4:8). Obedecer a Dios y predicar también nos une a nuestros hermanos, pues todos tenemos los mismos problemas, las mismas alegrías y las mismas metas.
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)
Jueves 28 de diciembre
Vuélvete con tu concuñada
(Rut 1:15).
Noemí está decidida a seguir hasta llegar a Israel, su tierra natal. ¿Qué hará Rut? ¿Volverá a su hogar y a su familia, igual que Orpá, o irá con su suegra a la ciudad de Belén? Esta es probablemente la decisión más importante de su vida (Rut 1:1-8, 14). Rut pudo haber pensado que lo mejor era regresar a Moab. Al fin y al cabo, allí estaban sus familiares y ellos podrían cuidar de ella. Además, esa era su tierra; ya conocía la cultura, el idioma y la gente. Noemí no podía ofrecerle ninguna de esas ventajas en Belén. Es más, le dijo que se quedara en Moab, pues no sabía si podría conseguir casa o un esposo para ella y su cuñada. Orpá decidió regresar “a su pueblo y a sus dioses” (Rut 1:9-15). ¿Haría lo mismo Rut? No.
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)