Martes 19 de diciembre
María se quedó escuchando las palabras de Jesús
(Luc. 10:39).



Marta estaba atareada tratando de preparar una comida especial para Jesús, y acabó enfadándose con María. Jesús se dio cuenta de que Marta quería hacer demasiado, así que le dijo con bondad: “Marta, Marta, estás inquieta y turbada en cuanto a muchas cosas”; además, le dio a entender que bastaba con cocinar un solo plato. Luego defendió a su hermana diciendo: “María escogió la buena porción, y no le será quitada” (Luc. 10:38-42). Es probable que con el tiempo María olvidara lo que comió en aquella ocasión; lo que de seguro nunca olvidó fueron las palabras de felicitación que recibió de Jesús y las cosas que aprendió por haberle prestado toda su atención. Más de 60 años después, el apóstol Juan escribió: “Jesús amaba a Marta y a su hermana” (Juan 11:5). Estas palabras inspiradas nos hacen pensar que Marta escuchó el consejo de Jesús y siguió esforzándose por servir fielmente a Jehová el resto de su vida.


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